«Limpiamos los escombros de nuestra sede y seguimos trabajando... sin puertas»

El ataque a la sede de fontanería Foncalor tiene desconcertado a su presidente. Carlos Romero no entiende por qué este gremio ha sido el objetivo. La teoría policial es que estos terroristas buscan objetivos fáciles sin correr riesgos.

-¿Por qué les han atacado dos veces?

-Ignoramos los motivos. En la primera ocasión, el 22 de junio del 2009, Vigo estaba en negociaciones con el convenio del metal y, entonces, no fuimos el único objetivo.

-¿Y por qué ahora?

-No lo sabemos. El primer atentado se archivó y nosotros enviamos un burofax para que continuasen las investigaciones. Nos dolió que los autores del primer ataque saliesen impunes.

-¿Cómo se sienten ahora?

-Un poco confusos porque no entendemos el atentado a nuestra sede.

-¿Su sector está en paz social actualmente?

-No hay conflictos. Preguntamos a las mayores empresas del sector y nadie tiene problemas. No sé a que viene todo esto.

-¿Van a colocar cámaras de vigilancia en la sede?

-Sí, así lo hemos acordado. Las cámaras de vídeo enfocarán el interior de las oficinas según ordena la ley. Si atacan desde el exterior, quedarán fuera de su alcance. Tampoco hay otras cámaras en la calle.

-¿Tardará mucho la reconstrucción?

-El mayor problema es que los daños han afectado a dos plantas del edificio de vecinos. Nosotros seguimos abiertos, limpiamos los escombros y pusimos a un vigilante de seguridad. Seguimos trabajando desde el primer día, aunque... sin puertas. El mobiliario lo habíamos estrenado el pasado viernes. Los daños llegan hasta los 50.000 euros.

-¿Ustedes tienen grandes empresas en su sector?

-No, todos somos autónomos, empresas de cuatro, cinco o veinte trabajadores. Todos trabajamos y aquí no hay diferencias.

-¿Hay mucha crisis en el sector de la fontanería que genere descontentos?

-Pocas empresas cerraron, no tenemos bajas sino altas.

-Foncalor no firmó el convenio del metal en noviembre del 2009. ¿Ve una posible conexión?

-Tampoco lo hizo la CIG ni Instalectra. Aunque algunos vinculen la última explosión con temas sindicales, no creo que esto tenga que ver con una represalia por no haber firmado el convenio.

Fuente: La Voz de Galicia